Ha pasado un poco de tiempo y el corazón en silencio hace como que nada ha pasado. Prefiero pensar que he aprendido, que todos hemos aprendido y ahora somos mejores personas, que tomamos la lección de la vida y la muerte. Y la mejor manera de volver, de regresar era con una pareja especial, con personas especiales. Ahora queda sacar fuerzas de flaqueza y ponerse al día.
Siempre el destino hace que las parejas con las que trabajo sean especiales y que vínculos extraños surjan. Esta no podía ser otra mejor manera de «regresar» que con José y Annina. Él aunque tenga nombre andaluz y cierto simpático acento andaluz es suizo, como Annina. Se casan en Ronda, de donde es originaria la familia de José.
Annina es artista y hace ilustraciones preciosas. Como la gente está imaginando ha personalizado con José toda la boda, llenándola de detalles que se verán en las fotos de ese día. Me encantan estas bodas!! Personales, rompiendo todo lo que por decreto parece que debe de hacerse o por miedo no se deja de hacer. Cuando más personal es la boda, más única, más intensa y más emotiva. Además, los invitados quedan alucinados y encantados con que se cambie la rutina. Yo sé que mis fotos cada vez son más personales (para mí y para quienes me las encargan) pero es que ya casi todos los que me contratan son artistas, diseñadores, pintores, fotógrafos, arquitectos y demás personas con un concepto del arte muy personal. Saben ver más allá de una simple foto hermosa y saben ver el valor que solo le da la persona cercana a la fotografiada, la que habla de ella, la que la describe y captura su esencia. Es algo complicado de explicar y acepto que no todo el mundo lo entienda.
Me he animado a escribir tanto porque fue un día especial e intenso y repito, una nueva manera de recomenzar todo de manera pública. Pero lo que más me impactó fue un desagradable momento que tuvimos que vivir los tres y que mejor no hablar de ello. Lo malo es mejor no hablarlo mucho, olvidarlo, buscar el lado bueno si es que lo tiene, y dejarlo pasar, como una nube. La tristeza nos invadió a todos, sobre todo a mí que me sentí mal de verdad, pero así es la vida. Y como la vida misma continua y si una vida se va otra es salvada.
Al final de estas fotos podéis ver al gatito que decidimos rescatar (ya llevo dos, jaja) de la calle. Esta vez fueron Annina y José los que se enamoraron perdidamente de él y se lo llevan a Suiza. Olé, eso es amor!! Vimos la parte trágica de cómo la gente abandona a los animales y les condena a muerte, pero también cómo otros seres humanos con un corazón enorme, se la salvan. Ellos aman los animales. De hecho fue ella la que me pidió acercarnos a mi amigo el pastor para ver de cerca las ovejas. Ellos comprendieron desde el comienzo este vínculo con la naturaleza.
Gracias chicos, sois geniales. Estoy seguro que ese gatito, se llame al final como sea, será feliz en manos de gente tan hermosa. Espero que estas fotos os traigan lindos recuerdos y reflejen vuestras almas. Solo deseo eso. Si a los demás no les gustan me da igual, si no las comprenden o si no las comparten. Yo trabajo para los corazones que laten en mi misma sintonía y respeto que cada uno tiene su frecuencia. Esta es la mía. Abrazos y besos para todos.
Actualización: El gato finalmente se llama Chupito!! Jajaja! Los míos se llaman Mojito, Wisky, Tequila y Rimi (o Ron). Y eso que no bebemos alcohol, jaja!!