Personalmente tengo una guerra contra el Photoshop. Bueno, en realidad contra el mal uso del programa y el daño tan grande que está haciendo. Esta sesión con Carmen no tiene Photoshop. El arte de la fotografía es capturar la magia que hay delante, sin tener que alterarla. Jugar con la luz y las sombras, con los equipos correctamente usados, calibrados y seleccionados. Entonces no hace falta retocar nada, nada de nada. [El texto continúa al final]
Pero lo más hermoso es saber que uno es así, que no es ficticio. Amo eso de este trabajo. Nuestros clientes ven el resultado y además de gustarles tienen el extra de la certeza de que son así (porque además ven estas mismas imágenes en cámara al instante), que no hay truco. Eso hace que nos aceptemos como somos, que nos amemos; no tiene precio.
Gracias Carmen por ser tú delante de la cámara, no se trata de otra cosa. Es triste que tengamos a veces que «convencer» a las parejas porque piensan que una sesión de preboda es fingir, es ser otro o que les hagamos ser otros. Nada más alejado de la realidad. No al menos como trabajamos Karen y yo.
Photoshop ha hecho mucho daño y también los filtros de Instagram y similares. La gente se menosprecia, se infravalora pensando que son menos porque no salen tan «perfectos» como en esas fotos de ensueño. No son reales y la pena es que algunas fotografías, algunos profesionales, sí captamos la realidad así, pero de otra forma. Y reflejamos la belleza en natural, en real, porque los ojos humanos son algo maravilloso y a veces olvidamos que ver con el corazón nos presenta un mundo más hermoso.
Leo, el novio, y uno de los protagonistas de esta maravillosa boda que aquí os comparto iba vestido tal y cual yo quería haber estado en mi boda. Su elegancia y rebeldía se expresó en su valiente forma de vestir, que fue todo un éxito y ante la cual me quito el sombrero. Yo en mi boda no lo hice al final, porque aunque tengo mucha personalidad no tenía experiencia y el peso de mi familia me pudo. Por eso ahora hago tanto hincapié en esto. Sean ustedes mismos, no pasen por el aro, vístanse elegantes, pero no siempre tiene que ser un calco de los demás. Gracias Leo por esa personalidad, en el traje, en el calzado, en tu forma de ser. Gracias!
Paloma estaba lindísima, con el pelo suelto, tal y como es ella. Un vestido hecho para ella, su vestido. Tu sonrisa aún me impacta al elegir las fotos para este blog. Gracias por vuestra alegría. Su familia y amigos los llevaré mucho tiempo en el corazón. Todas mis bodas son geniales, pero es que vuestra boda fue muy muy diferente. Quizás por la internacionalidad de vuestra gente. Leo es brasilero y Paloma española. Se conocieron en Nueva York pues ambos trabajan en la ONU. Imaginad ahora sus invitados, estaba medio planeta (menos Kofi Annan y Ban Ki-moon que se ve no pudieron venir, jeje). La boda fue en Estepona, en Purobeach.
Bueno, no sigo contando sino en fotos. Espero que refleje lo que allí aconteció y que os transmitan toda esa magia. Ya sabéis que no pretendo hacer fotos bonitas, ni sacar a la gente guapa, sino contar vuestra historia y que dentro de 50 años reviváis cada instante de nuevo. Quiera el cielo que lo haya logrado. Gracias por conoceros. Como ya sabéis estas fotos y como mil más os las estoy enviado en alta resolución ahora mismo. Gracias de corazón. Nos vemos!!