No sé yo a quién quiero más, jaja, si a María o César. Conocí a César hace ya muchos años, cuando ambos estudiábamos. En aquellos momentos por no haber ni había ni móviles ni casi internet, jaja. Ambos cantábamos y él ganó un concurso, donde conocí a otros amigos y a él. Durante muchos años cantamos juntos y compartimos escenarios y vivimos muchas cosas. Cuando María llegó casualmente acabó dedicándose a las bodas y ahora es una pedazo de fotógrafa a la que admiro mucho. Ella se convirtió en María Juan de la Cruz y él siempre fue César Maldonado, para mí uno de los mejores trovadores que hay en España.

Ayer tenía boda María en Marbella así que pasaron por aquí a visitarnos y a dormir en casa. Aprovechamos la tarde de hoy para salir a hacer algunas fotos para el disco próximo de César así, improvisando, jaja. Y esto es lo que surgió. El gato salió de la nada, bueno, la gatita (las fotos las hizo María), en la misma casa donde encontré a mi gato Rimi. Hizo lo mismo, salió de pronto y no se me separaba de los pies. No me la llevé porque en casa ya tengo tres y se matarían entre ellos, jaja, pero ganas no faltaron. ¿quién abandona un animal allí? Bueno, espero que sea de unos hipies que viven por allí cerca, esta sí que parecía cuidada, no como Rimi cuando lo encontré.

Os dejo con mis dos amigos, a quienes amo muchísimo y se merecen todo lo mejor de este mundo. Cuidaos también vosotros. Yo sigo procesando. Estas las hice corriendo porque eran pocas y para que viera María cómo proceso ahora y cómo funcionaba el tillsifht. Tengo mucho por hacer aún y no deseo retrasarme más aunque no pare ni un sólo día. Besos y abrazos a todas y todos.

Quería compartir con vosotros algunas fotos que hice en los dos talleres de BodaF México hace unas semanas. Ya saben que me es bastante complicado hacer buenas fotos en esos momentos, así que me perdonan, jaja. Todos saben que yo no trabajo con modelos y ese día ni siquiera vestidos de novios. El motivo es que necesito parejas reales, que se amen de verdad, que pueda yo relajar lo suficiente como para que sean ellos mismos.

Hacer eso con veinte personas alrededor y con prisas es complicado. Sobre todo teniendo en cuenta de que mis prebodas duran horas y a veces paso muuucho rato sin disparar, sólo charlando. Es mi manera de trabajar, contactar con las personas y olvidar todo el asunto de cliente-profesional. Eso requiere tiempo, calma, paciencia y cariño. En un taller encima estamos en la ciudad normalmente, en este caso en el centro casi de México DF y yo ya saben que donde me siento cómodo es en la naturaleza.

Pero no sólo es un capricho por hallarme yo más cómodo, sino porque si pretendo que se relajen no es igual en una plaza o calle con gente mirando que en un bosque a solas. Es algo lógico, creo. Por eso mis prebodas son siempre en el campo y trato de evitar las ciudades, porque los resultados son más genuinos, son más ellos mismos.

Bueno, espero les gusten las imágenes. Desde aquí mandarle muchos besos y abrazos y darles las gracias por su colaboración a Lucila y Alberto, así como a Eder y Rubén. Abrazos y besos miles también a los que acudísteis a los talleres y la ponencia y a todo mi México lindo y querido. Cuidense todas y todos!! Nos vemos pronto de nuevo.

Más abajo cuento muchas cosas de este viaje, de esta maravillosa boda que Laura y José compartieron conmigo otorgándome el honor y la responsabilidad de guardar para siempre lo que allí pasó. Laura y José son del País Vasco, ese maravilloso lugar que hace dos días visité con Miriam y Jon. Pero el destino les llevó a casarse lejos, a otro paraíso. Es una larga historia, jaja. No era la primera vez que acudía a lugares lejanos y extraños a bodas, así que cuando Laura me planteó la posibilidad de ir, organizamos todo para que fuera posible.

Esta boda fue muy especial porque Laura y José me dejaron completa libertad para determinar muchas cosas que no puedo controlar en la mayoría de otras bodas. La gente cuenta con mi opinión, pero normalmente se le escapan muchas cosas por cómo se organizan. Aquí en la isla fui yo el que decía dónde se hacía cada cosa, teniendo en cuenta la luz para que las fotografías fueran lo más espectaculares posibles. Pese a que todo ocurrió muy rápido pude hacer muchas fotos con una luz maravillosa en cada momento. Si lo hubiéramos dejado al azar hubiera sido imposible y una pena ir tan lejos para no aprovechar el potencial.

La mayoría de la gente no piensa en la luz o no sabe distinguir la diferencia de luz entre momentos. Hay perspectivas, como en el cine. Depende de dónde se mira, a qué hora y con qué equipo se ve de una manera u otra. Agradezco a Laura y José de todo corazón esta confianza y espero que el resultado haya merecido la pena. A otras parejas las invito a que confíen en mí, porque he visto muchas bodas en las que he podido hacer poco y aunque potencialmente iban a surgir fotografías maravillosas no sucedió así por detalles de colocación, de elección de la hora, etc. Es algo muy importante que creo haber demostrado debe tenerse en cuenta, al menos para que salga lo mejor posible. A veces me he encontrado con parejas que esperan un tipo de fotografías pero luego su boda es muy diferente a lo que tenían en mente, sobre todo en cuanto a la luz se refiere. Por favor, no lo dejen pasar.

Bueno, os dejo con este día. Espero con toda mi alma haber podido captar la magia de ese lugar, de ese día y de esas personas. Gracias de todo corazón a Laura y a José, a su familia (A José Vicente, a Víctor, a Maribel, a Arantxa, a Marta, a Nerena, A Kako, a Goitia y a Nicolás), gracias a toda la gente de las Seychelles!! Volveré!!! jaja!! Sean felices todos!!

Este era el cielo que veíamos esa noche, en la foto anterior. Con todas esas estrellas vigilando nos fuimos a dormir, con el mar susurrando y meciendo la isla.