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Amo casi tanto hacer bodas como dar seminarios. Porque dar seminarios es para mí compartir mi pasión y enseñarles a mis compañeras y compañeros cómo trabajo y cómo siento. Ayudarles a no cometer mis errores y motivarles para que logren ser mejores que yo y no tropiecen en mis fallas.

Es tan hermoso ver gente surgir de la nada, en pocos meses vivir de esto que tanto amo. Es tan hermoso ver que hay trabajo para todos, que cada uno tenemos nuestra mirada particular. Es tan hermoso ayudar a quienes están pasándolo mal y no han actualizado sus negocios a estos tiempos o hacer pensar a muchos sobre los métodos que usan y demostrarles que hay otros caminos mucho más sencillos y rápidos.

Este seminario en Vitoria fue muy especial y no sólo por conocer a gente maravillosa o visitar una tierra que amo profundamente, sino por permitirme abrir mi corazón y ser escuchado. Ojalá sea útil cada cosa que dije, cada misterio de mi vida y mi negocio (que es lo mismo) que compartí. Gracias a Iván por organizarlo todo, eres grande y luminoso. Gracias a Asier por acogernos en su estudio y gracias a todos los que abristeis vuestros corazones para escucharme.

Os deseo todo lo mejor y que vuestros sueños se cumplan. Y por último, gracias a Tamara y a David por dejarse fotografiar mientras se amaban y eran ellos mismos. Ya saben que nunca trabajo con modelos, siempre con parejas reales. Aquí algunas de las tomas que más me gustaron de las mil que tomé en ese inolvidable paseo. Besos y abrazos miles!!

Amo fotografiar el amor. Parece redundante, pero es así. Fotografiar sentimientos, pues la belleza que muchos fotógrafos y clientes persigue solo surge cuando el amor es verdadero y uno sencillamente es quien es, sin fingir, sin disfrazarse, sin querer ser otro o parecer quien no eres.

¿Para qué otra cosa? ¿No nos basta con el amor que profesamos y nos profesan? ¿No hay nada más hermoso que saber que somos aceptados tal y como somos y que aceptamos a quienes amamos tal y como son? Sin límites, sin fronteras, digan lo que digan, hagan lo que hagan. El amor no se puede atar ni etiquetar, ni decir a quién se puede o no amar. Se ama, nada más, es inherente al ser humano.

Esta segunda vez que pude reunirme con Dani y con David se notaba que había menos nervios. La primera preboda nos había acercado. Pasamos de nuevo un rato conociéndonos, compartiendo. Hice también algunas fotos, miles de ellas y esto es lo que surgió. Comparto unas pocas porque si no saturo a la gente, y las elegí en b&n porque me impactaban más aunque ellos tienen como siempre todo en color también.

Gracias de corazón a David y Dani por abrirme sus corazones, sus vidas, su amor. Por darme la tremenda responsabilidad de captar ese amor para compartirlo con los demás. Pronto nos vemos en el gran día. Abrazos y besos miles.

No, yo no quiero bodas de mucho dinero, ni de gente vip, ni de famosos. He rechazado muchas de esas porque lo que yo busco es otra cosa y espero que sea lo que buscan quienes se acercan a mí. Busco emociones, historias intensas y reales, nada de poses ni de gente guapa. La belleza está en otro lado, en otra dimensión y es la que trato de desvelar, de capturar, de compartir. Mi meta no es tener x fotos bonitas de una boda o cumplir con unas imágenes cliché, busco algo más.

A veces me faltan las palabras y ni siquiera las fotos me permiten expresarme. Eso me sucedió en la boda de Tamara y Javi. Es muy tópico que el fotógrafo diga que también se emociona en la boda y llora, pero es cierto en muchas ocasiones. Creo que lloramos todos, hasta el DJ.

Y es que Javi y Tamara son una pareja muy especial y su boda así lo fue. Hoy no me voy a enrollar más y os dejo con unas cuantas fotos. No he sabido qué más quitar y después de una hora volviéndome loco seleccionando esto es lo que ha salido. Ni siquiera sabía si ponerlas en blanco y negro o color. Espero que os guste la selección. Me limito a contar la historia de Tamara y de Javi, y por supuesto de los suyos. Por favor, sed felices, es una orden. Besos y abrazos.