Cómo me gusta fotografiar fotógrafos, jaja. Lo repetiré muchas veces. Así que la excusa perfecta es un seminario, donde siempre hago una sesión real con una pareja real, en la que vienen dos compañeros que, resulta que ahora son pareja!! Me gusta no conocer a la pareja para que los asistentes vean todo el proceso REAL, sin trucos, pero esta vez sabía que iba a ser muy especial. Gracias Aida, gracias Victor por vuestro amor, por prestárnoslo un rato, o abrirlo para que pudiera capturarlo para siempre.

Eso intento siempre, capturar el alma de la gente y ese amor que fluye entre todos. Me dan igual las normas, las leyes, lo que digan otros. Lo curioso es que me critiquen que hago lo que me da la gana y luego al año siguiente cientos hacen lo mismo que yo hacía entonces. Debe ser que así funciona el mundo. Me alegro entonces, porque seguiré haciendo lo que me sale del alma y curiosamente es lo que más le gusta a la gente de verdad y me permite vivir de ello. Todo cierra. Cuando se hacen las cosas con el corazón siempre se abren ventanas, puertas… todo fluye.

Así fue y tuvimos suerte con tener sol (no como en el anterior seminario en Madrid, sniff) y en el maravilloso polígono industrial junto al fétido río hicimos esto. No hace falta irse a un lugar espectacular para hacer fotos hermosas, hay que saber enfocar el alma hermosa de personas especiales. Espero que os guste y aprovecho para mandarle besos y abrazos a todos los que confiásteis en mí y compartimos esos dos intensos días. Cuidaos siempre!